Aprovechando el reciente aniversario del reloj que allí se encuentra, me parecía un buen motivo para hablar de esta plaza tan conocida, que tantas alegrías y tristezas ha vivido.
Este reloj lleva ya 150 años dándonos la bienvenida a nuevas etapas de nuestras vidas, ha vivido miles de deseos que se habrán quedado en el olvido y otros tantos que con mucho esfuerzo la gente habrá logrado conseguir, copas y copas de champagne y muchas muchas uvas a lo largo de toda su vida.
José Rodriguez Losada fue quien construyo este reloj, este era un español que tuvo que huir de España debido a los ideales que tenía, y se asentó en Londres, allí fue donde los realizó y lo donó a su tierra natal, desde ese momento, miles de personas, principalmente relojeros suizos y británicos se dedicaban a falsificar los relojes que este creaba y a distribuirlos por Europa, lo que nos muestra la importancia que este personaje tuvo en su momento desde la creación de su mágico reloj.
Pero si hablamos de la plaza en si, sabemos que es un pequeño recuerdo y referencia de la villa de Madrid, ya que en aquel momento de España era un sitio muy importante y con gran afluencia de paso, pero sobre todo se podría decir que era el centro de gravedad del urbanismo madrileño.
Inicialmente era llamada la calle ancha, a lo largo de su historia ha ido presenciando acontecimientos históricos de la ciudad, y ella en sí, poco a poco, se ha ido haciendo historia viva de España, que ha ido creciendo y evolucionando.
Desde el punto de vista arquitectónico, la Puerta del Sol es un espacio de paso ensanchado, de forma oblonga, un punto de convergencia de calles que adquiere el aspecto de plaza a mediados del siglo XIX.
Pero sin duda, si de lo que queramos hablar es de sitios que visitar como turistas en Madrid, esta plaza no puede pasar desapercibida, ya que aunque no sea muy grande tiene una gran importancia cultural y social.
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